SAN FRANCISCO DE SALES
(Doctor de la Iglesia)
24 de enero
1622 d.C.
Nació en el castillo saboyano de Sales. Era hijo de los
marqueses de Sales y señores de Boissy. Estudió, como
paje, en París, donde permaneció 21 años.
Estudió como seglar en la escuela de La Roche (1574-1575),
más tarde gramática en el colegio de Annecy (1575-1578),
después en París (1578-1588) y estudió
Filosofía y Teología, en los jesuitas de Clermont.
También asistió a clases de teología en la
Sorbona.
Es el Santo sonriente
(su carácter durante su época juvenil era airado, y
tenía muy mal genio) que conoció en su juventud una
terrible crisis de desesperación sobre su propia
predestinación a causa de las tesis calvinistas, las cuales
había abrazado. Pero cuando ante la imagen de María hizo
voto de castidad perpetua, se sintió de pronto maravillosamente
fortalecido y consolado. La soloción intelectual se la
presentaron los jesuitas, que predicaban incansablemente el amor de un
Dios bueno y misericordioso: "Todo por amor y nada por la fuerza"; "Ver
y amar la voluntad de Dios en todas las cosas". Su máxima fue:
"Ser santo es hacer la voluntad de Dios y hacerlo alegremente". Con un
valiente impulso evangélico no excluyó a nadie de los
objetivos más altos, a todos les enseñó a ser
perfectos.
En 1592, con 24
años, se doctoró en Derecho en la universidad de Padua.
Se le concedió el título de señor de Villaroget.
Después de trabajó en el tribunal de Justicia de Saboya
para complacer a su padre. Un año después renunció
a un brillante matrimonio y fue ordenado sacerdote, a pesar de la
negativa de su progenitor, y para ello recurrió a su primo Luis
de Sales, sacerdote y canónigo de Ginebra. Nombrado
penitenciario mayor a los 27 años por el capítulo de
Annecy, ejerció su cargo con gran humildad.
El canónigo
protestante de Berna había tomado la república de Ginebra
y el ducado de Chablais y alli establecieron el calvinismo. En 1594 el
duque de Saboya, cuando recobró estos territorios,
resolvió restaurar el catolicismo, para ello escribió al
obispo de Ginebra para pedirle colaboración. Francisco y Luis de
Sales fueron los únicos que se ofrecieron para hacer este
trabajo. Enviado como párroco a Thonon capital de Chablais,
sólo encontró siete católicos; convirtió a
muchos, imprimiendo hojas volantes de contenido católico en las
que invitaba a los habitantes del país a repensar en su
calvinismo. Pasaba largas horas en oración. "Las almas se ganan
con las rodillas", confesó. La predicación persuasiva y
el celo sostenido por el coraje en afrontar fatigas y peligros para su
vida le depararon muchas conversiones a la fe católica
(1595-1596); sus notas, reunidas más tarde en el "Libro de
las controversias", son un documento de apologética
católica.
A los 32 años
fue designado obispo coadjutor de Annecy, y en el 1602, sucedió
al obispo de Ginebra, con residencia en el exilio de Annecy. En su
gobierno pastoral se empeñó en aplicar los decretos de
reforma del concilio de Trento. Su fama traspasó las fronteras
de Saboya y fundó con santa Juana Francisca de Chantal la Orden
de la Visitación de Nuestra Señora, llamadas
también las Salesas o Visantinas. Su vida fue muy intensa:
promovió la vida religiosa, de todas las nuevas fundaciones
femeninas y masculinas. En París se encontró con san
Vicente de Paúl, que diría después:
"¡Qué bueno será Dios, cuando tanta suavidad hay en
Francisco!". Predicó en Grenoble en 1617 y 1918, conviertiendo a
muchos calvinistas. El obispo de Bellay le rogó en París
que no predicase tres veces al día, por el bien de su salud.
En 1622 recibió
la orden de ir a Aviñón para esperar a Luis XIII. Se le
obligó a esperar al rey en Lyon, donde rehusó todas las
grandes habitaciones que le ofrecieron, para alojarse en la
habitación más pobre del jardinero del monasterio de la
Visitación. Se sintió desfallecer y murió de un
derrame cerebral. Allí rindió su alma con la calma y
serenidad de toda su vida.
Fue un gran polemista,
con los protestantes, y hacía circular sus enseñanzas en
octavillas que se pegaban en las paredes, creando así lo que
sería el primer periódico. Escribió "El Tratado
del Amor de Dios" o "Teótimo" e "Introducción a
la vida devota" o "Filotea" en el que dice: "La
devoción no destruye nada, lo perfecciona todo". Creó las
bases para la futura Academia Francesa de la Lengua. Hizo muchas
visitas pastorales dentro de sus diócesis, y a pesar de su salud
enfermiza, atendió a todos. Se separó de santa Juana
Francisca en los últimos años, no porque hubiera
problemas, sino porque temía amarla tanto como a Dios. Su cuerpo
incorrupto está en Anneecy frente al de su amiga espiritual,
Juan Francisca.
La beatificación de San Francisco de Sales fue la primera
llevada a cabo con solemnidad en San Pedro de Roma en 1661 por el Papa
Alejandro VII. La canonización tuvo lugar en la misma
basílica, tres años después (1665) por el mismo
pontífice. La fiesta del santo se celebraba el 29 de enero,
día de la translación de sus restos al convento de la
Visitación de Annecy, aunque en la reforma litúrgica se
ha movido al 24 de enero, aniversario de su sepultura. Patrón de
la diócesis de Annecy, de las ciudades de Chambéry,
Ginebra y de la congregación salesiana de San Juan Bosco.
"Entretenimientos espirituales" de San Francisco de Sales