BEATO ZENÓN
KOVALYK
30 de junio
1941 d.C.
Zynoviy Kovalyk nació en la aldea de Ivachiv Horishniy cerca de
Ternopil, en el seno de una familia campesina y pobre. Antes de hacerse
religioso trabaja como maestro de primaria en su aldea. Tiene un
carácter fuerte y no llega nunca a componendas con su fe. Desde
su infancia, el sueño de Wynoviy es ser sacerdote. Una vez
descubierta su vocación a la vida consagrada, Wynoviy Kovalyk
entra en los Redentoristas. Profesa en 1926; poco después
es enviado a Bélgica a fin de completar sus estudios de
Filosofía y Teología.
De regreso a Ucrania, Wynoviy Kovalyk es ordenado sacerdote en 1932.
Tras su ordenación, el Padre Kovalyk parte juntamente con el
obispo Mykolay Charnetskyi hacia la región de Volhyn a fin de
trabajar en la obra de reconciliación con los ortodoxos
ucranianos. El joven sacerdote es una auténtica alegría
para sus cohermanos. El Padre Kovalyk tiene espíritu, tiene una
bonita voz y posee una dicción muy cuidada. Es buen cantor y un
auténtico predicador que encandila a todos. Su devoción y
labor apostólica atrae a millares de personas. El Padre Kovalyk
ama de todo corazón a la Madre de Dios. Estas cualidades hacen
ciertamente que el Padre Kovalyk tenga un gran éxito en su
actividad misionera.
Tras varios años de trabajo en la región de Volhyn, el
Padre Kovalyk se traslada a Stanislaviv (ahora Ivano-Frankvsk) para
dirigir las misiones que se dan en la ciudad y en las aldeas
circunstantes. En 1939, poco antes de la invasión
soviética, se traslada a Lviv, al monasterio redentorista de
calle Wyblykevycha (ahora Ivana Franka) y se encarga de la
economía del monasterio.
El celoso sacerdote continúa también predicando la
Palabra de Dios cuando da comienzo la invasión soviética.
Un campo importante del trabajo del P. Kovalyk es el de las
confesiones; es una actividad apostólica en la que tiene
particular éxito: está siempre rodeado de gran
número de fieles que buscan su ayuda espiritual.
Mientras la mayor parte de los ucranianos de Galizia se encuentran
acobardados por el terror, el Padre Wynoviy da muestras de un
ánimo admirable. Muchos predicadores se han vuelto ya
extremadamente cautos en sus sermones. Tratan de eludir los temas
espinosos de la actualidad y se centran en exhortar al pueblo a ser
fiel a Dios. El Padre Kovalyk, por el contrario, no tiene nunca miedo a
condenar abiertamente las costumbres ateas introducidas por el
régimen soviético. Sus sermones causan un fuerte impacto
en los oyentes pero, al mismo tiempo, son un peligro no pequeño
para el predicador. Avisado por los amigos del posible peligro que
corre a causa de su modo de predicar, el Padre Kovalyk responde:
"Acogeré con alegría la muerte, si ésta fuera la
voluntad de Dios, pero no abandonaré nunca mis compromisos con
mi conciencia de predicador".
Los
soviéticos lo arrestaron en 1940. Durante mucho tiempo los
Redentoristas trataron de saber el paradero de su cohermano detenido,
pero solo hasta abril de 1941 no llegaron a saber que el Padre Kovalyk
había sido confinado como preso en la calle Zamarstynivska (la
famosa prisión "Brygidky"). Durante su reclusión, que
duraría seis meses, el Padre Kovalyk padece 28 penosos
interrogatorios; tres veces es conducido a otras tantas cárceles
para ser interrogado en ellas. Después de uno de estos
interrogatorios, especialmente acompañado de torturas, el Padre
Kovalyk enferma a causa de una hemorragia masiva.
En 1941,
cuando las tropas alemanas comienzan su ofensiva, los guardianes de la
prisión, ansiosos por huir, y al ver que no pueden llevar
consigo a los prisioneros, disparan sobre ellos. Pero no les basta con
la intención de matar al Padre Kovalyk disparándole;
recordando sus sermones sobre Cristo crucificado, lo clavan en el muro
de la prisión a la vista de sus compañeros prisioneros.
Cuando las tropas alemanas entran en Lviv, abren
rápidamente las cárceles para limpiar el lugar de la pila
de cadáveres putrefactos. La gente corre a las prisiones con la
esperanza de encontrar algún pariente. Todos
testimoniarán la horrible visión de aquel sacerdote
crucificado en la pared de la prisión, su abdomen abierto en
canal y en su interior un feto humano. Fue beatificado el 27 de
junio de 2001 por SS Juan Pablo II.