La «vulgata» es la traducción de la Biblia al latín, hecha por San Jerónimo por encargo del Papa San Dámaso, que definió el canon de la Biblia. El motivo fue muy sencillo: el pueblo ya no entendía el griego, sino el latín popular. San Jerónimo, al conocer perfectamente bien las lenguas originales y el latín popular, logró un óptimo resultado. Por eso la traducción se llamó «.Vulgata». Esta palabra viene del latín «vulgus», que quiere decir «pueblo».