BEATO VICENTE PINILLA
26 de julio
1936 d.C.
En el pueblo de Motril cercano a Granada en la costa española,
Beatos Vicente Pinilla, de la Orden de los Agustinos Recoletos, y
Manuel Martín Sierra, sacerdotes y mártires, que,
desalojados de la iglesia, fueron fusilados un día
después del martirio de otros cinco compañeros.
Vicente nació en Calatayud, Zaragoza.
Agustino recoleto. Misionero en Filipinas, donde trabajó en las
islas periféricas y sufrió las persecuciones de la
revolución. Luego trabajó en Brasil y por último
destinado a Motril, Granada.
Se distinguió
por su sencillez, su jovialidad, su asiduidad al confesionario, su
devoción a la Virgen de la Consolación y el amor a los
niños. Con cierta frecuencia le bailaba en el corazón la
idea del martirio, y entonces no lograba reprimir sus ansias de
fecundar con su sangre sus trabajos apostólicos.
Mártir en Motril. Le sorprendió el tiro de gracia en
actitud de bendecir a sus perseguidores. Los testigos afirman que
afrontó la muerte “con animo sereno y tranquilo”, con un
crucifijo en la mano y repitiendo las palabras de Cristo:
“Perdónales porque no saben lo que hacen”. Uno de los asesinos
exclamó emocionado: “Ya no mataré más a nadie. Si
es verdad que hay santos, éste es uno”.