BEATO VICENTE MONTSERRAT MILLÁN
1936 d.C.
1 de agosto
En la Iglesia Parroquial de
san Mateo de su murciana ciudad natal fue bautizado a los cuatro días
de su nacimiento. Con tan sólo diez años, en 1914, ingresó
en el Seminario de san Fulgencio de Muria. Al establecer su padre, comerciante
de profesión, un nuevo negocio en Almería la familia se trasladó
y él concluyó sus estudios en el Seminario de san Indalecio.
El dos de junio de 1928, en el Santuario de la Santísima
Virgen del Mar, fue ordenado presbítero por el Obispo fray Bernardo
Martínez Noval. Para celebrar su primera Misa regresó a Lorca,
festejándola con enorme gozo en su Parroquia natal. Durante los primeros
tres años de su ministerio fue Coadjutor de Cantoria. En 1931 obtuvo
licencia para tomar posesión de la capellanía oscense de Villanueva
de Sigena y administrador de la finca Cuarto bajo del Sisallar.
Doña Antonia, su hermana, recordaba que: « Mi hermano
desde que era pequeño quería ser sacerdote e ingresó
en el Seminario. Era buenísimo, buen estudiante. No dieron nunca queja
de él sus superiores. No era una persona agarrada al dinero, era más
bien desprendido. Cuando celebraba la Misa, al salir, entregaba el estipendio
a una gitana que pedía en la puerta. »
La convulsión política de aquella comarca de Monegros
era grande, prodigándose su celo pastoral entre sus feligreses para
prepararlos a la inminente Persecución Religiosa. Él mismo,
sabiéndose amenazado, pidió al Capellán del Real Monasterio
de santa María de Sigena que le administrara los últimos sacramentos.
El uno de agosto de 1936, tras celebrar la Santa Misa, fue detenido
y trasladado al pueblo zaragozano de La Almolda. Nada más llegar,
hacia las cuatro de la tarde, fue martirizado junto a las tapias del cementerio.
Diez disparos y una puñalada colocaron sobre sus sienes, de treinta
y dos años, la corona de los Mártires de Cristo.