BEATO VICENTE CECILIA GALLARDO
21 de julio
1936 d.C.
Perdió a su madre a
los tres años. En su formación, tanto religiosa como profesional,
influyeron de manera notoria toda la familia de su madre. Sus primeras profesoras
fueron sor Inés Nuere Arambide y sor Emérita Goñi, Hijas
de la Caridad en las escuelas de la Fundación Termens de Cabra (Córdoba).
De párvulos, Vicente pasó a las escuelas del Ave María
dirigidas por un santo sacerdote,
Antonio Povedano, gran formador de jóvenes en un tiempo
difícil para la Iglesia tan perseguida. Aprendió el oficio
de carpintero en el taller de su tío Miguel Torres. Ingresó
en la Congregación el 16 de febrero de 1935. Vicente era un joven
muy bueno, servicial, muy religioso, candoroso, sin malicia, sano, de una
sólida devoción a la Virgen y de espíritu apostólico,
porque enseñaba a los niños a rezar el vía crucis y
a visitar a la Virgen. No llegó a hacer los votos, lo mataron a los
21 años, siendo novicio.
A partir de las elecciones de febrero de 1936 ante el peligro en que
vivían los religiosos, la familia del H. Vicente Cecilia insistió
en que volviera a casa en Cabra, pero él contestó “que no quería
volver porque había hecho el propósito de ser religioso y que
a vida o muerte se quedaba”. El comité de Hortaleza practicó
el primer registro en la comunidad el domingo 19 de julio de 1936. Ante el
riesgo inminente, a los Hermanos jóvenes se les había provisto
de dinero para hacer el viaje a sus casas o a algún lugar seguro.
Se les sugirió que salieran de dos en dos con toda precaución.
Este fue el motivo de la salida de casa de los HH. Cecilia y Trachiner. Salieron
con expreso permiso del superior, P. Higinio Pampliega, a primeras horas
del día 20 de julio por una puerta que se abría en la tapia
de la huerta y que daba al campo con la intención de dirigirse andando,
según costumbre, a la casa provincial de Madrid, para que el superior
provincial les asignara el lugar de refugio, que podría ser con sus
familias. Los detuvieron los milicianos en el control de Canillas, en la
documentación figuraban como carpinteros, pero como en la maleta llevaban
las sotanas y los crucifijos, conocieron que eran religiosos y, sin otro
motivo, en la madrugada del 21 de julio de 1936 los fusilaron. Los cadáveres
aparecieron junto al Ateneo Libertario de Ventas, sito en la carretera de
Aragón, 117.