Nació
en Bérgamo, en el seno de la familia de los Artifoni di Almeno,
su padre era el célebre maestro Lorenzo de Apibus doctor en
Gramática y Lógica. Con 14 años ingresó en
el convento dominico de San Esteban de Bérgamo; terminó
sus estudios en Génova, donde fue ordenado sacerdote y elegido
maestro de novicios. Se inscribió, después, en la
Sociedad de los hermanos peregrinos, instituida por la Orden dominicana
para las misiones de Oriente. Llegó a Venecia para embarcarse,
en cambio, fue enviado a los conventos de Chioggia, Vicenza y Bolonia,
donde destacó como un excelente orador, obligado bastantes veces
a predicar en campo abierto por la multitud de gente que iba a
escucharlo. Sus sermones tenían tintes terribles, su
temperamento era apasionado, la vida espiritual intensa, un ardiente
misticismo y un acentuado profetismo. Convirtió a un bandido
llamado Gasperini.
En Bolonia
predicó el culto a santa Marta y construyó un convento y
una iglesia dedicada a la santa; en 1334 predicó en
Bérgamo y también edificó un monasterio y una
iglesia para las dominicas bajo el patrocinio de santa Marta. En 1335
organizó una numerosa peregrinación de penitencia de
Bérgamo a Roma, con el fin de lograr la paz entre los
güelfos y gibelinos y de reconciliar con el Papa a los numerosos
excomulgados bergamascos. Fundó una asociación de fieles,
cuya misión era la pacificación de las ciudades en
discordia, y cuyo lema era "Paz, misericordia y penitencia".
Con su
hermano Jacopo Domenico, partió hacia Aviñón para
presentarse ante el Papa, Benedicto XII, que desconfió del
temperamento entusiasta de Venturino y de su apariencia de agitador. En
un interrogatorio le hicieron 39 preguntas; despues vino la
suspensión de la facultad de predicar y de confesar y el exilio
a Aubenas en Francia; parece que una calumnia le había acusado
de dudar de la legitimidad de los papas de Aviñón.
Durante los 8 años de exilio, Venturino escribió cartas y
tratados espirituales como "De Spiritu Sancto", "In Psalterio
decacordo", "De humilitate" (fragmento), "De
Profectu spirituali", "De remediis contra tentationes
spirituales".
En 1343 fue
liberado por el papa Clemente VI, que en público consistorio lo
rehabilitó, restituyéndole la facultad de predicar y
confesar y lo envió a Italia a predicar la Cruzada en la
archidiócesis de Milán. De regreso a
Aviñón, en el 1344, acompañó a los cruzados
de Marsella a Oriente, rodeado de extraordinario entusiasmo. Apenas
llegó a Esmirna, cansado de las fatigas apostólicas y de
las penitencias, Venturino murió con 42 años.