Jesús no condenó todas las tradiciones humanas, sino solamente las que están en contra de la ley de Dios.
Así,
por ejemplo, Moisés dijo: Atiende a tu padre y a tu madre, y
también: El que maldiga a su padre o a su madre, morirá.
Ustedes, al contrario, afirman que un hombre puede decir a su padre o a
su madre: «No puedo ayudarte, porque todo lo mío lo tengo
destinado al Templo».
En este caso, según ustedes, esta persona ya no tiene
que ayudar a sus padres. Así pues, ustedes anulan la Palabra de
Dios con la Tradición que se han ido transmitiendo; y hacen
muchas otras cosas parecidas a éstas (Mc 7,10-13).