BEATO TOMÁS
PICKERING
9 de mayo
1679 d.C.
Nació en en Skelmerg en Westmorland (Inglaterra) y era hijo de
un hombre que había luchado y muerto por Carlos I cuando la
guerra civil que precedió al destronamiento y ejecución
del monarca. Cuando rondaba los 40 años, ingresó como
hermano lego en los benedictinos de San Gregorio en Douai, hizo los
votos en el 1660.
Después enviado a Inglaterra y fue miembro de la
pequeña comunidad de capellanes benedictinos que servían
en la capilla real de la mujer de Carlos I, Catalina de Braganza que
era católica. Víctima del complot papista, fue ahorcado
acusado falsamente en Tyburn, Londres, durante el reinado de Carlos II.
Aquí estuvo cumpliendo por años sus deberes asignados, y
cuando en 1675 fueron despedidos los monjes, el hermano Tomás
fue autorizado a quedarse, yendo a vivir en una casa, propiedad de san
Juan Grove, donde, además, residían tres religiosos
jesuitas. Tuvo lugar seguidamente la acusación de haberse
organizado un complot -conocido como de Titus Oates, por el
denunciante-, para asesinar al rey, y el delator dijo que Pickering y
Grove eran los encargados de materializar el asesinato, siendo
cómplices los otros. Pese a la falta total de pruebas, fueron
llevados a juicio y condenados a muerte por conspiración.
Se fijó el 9 de mayo de 1679 para su muerte.
Mientras iba al patíbulo, uno de los asistentes le
insistió que confesara su culpa; levantando su gorro, el
mártir respondió: «¿es éste el
semblante de un hombre que muere bajo tan gruesa culpa?» En
efecto, era un hombre de sincera sencillez e inocentísima vida.
Es claro que fue elegido como víctima de tal acusación
simplemente por ser un fervoroso católico. Ahorcado y
descuartizado en Tyburn, su cuerpo fue enterrado en el cementerio de
St. Giles in the Fields, en la capital londinense. Fue beatificado el
15 de diciembre de 1929 por el Papa Pío XI.