BEATO TOMÁS
MAXFIELD
1 de julio
1616 d.C.
Nació en Enville, en Stanffordshire (otras biografías
dicen que nació en Londres) en el seno de una familia
católica, y por ello es probable que Tomás naciera en la
cárcel de Gratehause donde su madre había sido recluida
por negarse a prestar el juramento de supremacía y negarse a
asistir a los cultos anglicanos. Estudió para ser sacerdote en
Douai, pero siete años más tarde tuvo que abandonarlo
porque no se sentía bien de salud. Pero se curó pronto y
volvió y fue ordenado en el 1614.
En 1615 volvió a Inglaterra y se dedicó
enteramente a su tarea misionera, pero tres meses más tarde fue
apresado al terminar una misa. Lo interrogó el obispo de Londres
y fue enviado a la cárcel de Gatehouse. A los ocho meses hizo
una tentativa de fuga que le fue fatal. Pues, descubierto, le llevaron
a un calabozo estrecho y oscuro donde no podía ponerse de pie y
donde le picaron cientos de insectos, mientras estaba encadenado. Tres
días más tarde fue trasladado a la cárcel de
Newgate con los presos comunes, entre los que realizó un
fructífero apostolado.
Llevado ante el tribunal se le pidió que prestase
el juramento de fidelidad al rey, pero él objeto que el
juramento contenía un contenido religioso contrario a sus
convicciones, y protestó que él reconocía al rey
como soberano legítimo y le era fiel. Se pronunció
sentencia de muerte. El embajador español don Diego Sarmiento de
Acuña intentó salvarle la vida pero no tuvo éxito,
aunque se le concedió licencia para que visitase al
mártir en prisión.
Cuando al día siguiente fue llevado al suplicio,
una gran multitud le acompañó todo el trayecto hasta el
lugar de la ejecución, entre ellos había muchos
católicos que oraban por él. Hubo numerosos
españoles que se atrevieron a adornar el patíbulo con
flores y ramos de laurel como signo de victoria. Y arrojaron alrededor
del patíbulo hierbas olorosas.
Obtenida licencia para hablar, Tomás recalcó
que la única causa de su muerte era la de ser sacerdote
católico, y que él no había hecho sino predicar
aquella fe que había traído a Inglaterra san
Agustín de Canterbury. Luego bendijo a los presentes y se
preparó para la muerte. Fue ahorcado y descuartizado en Tyburn,
Londres. Su cuerpo le fue concedido al embajador español, que lo
envió a España. Fue canonizado por Pío XI el
15 de diciembre de 1929.