BEATO TOMÁS
FELTON
1588 d.C.
28 de agosto
En Londres
en Inglaterra, Beatos Guillermo Dean, sacerdote, y siete
compañeros, mártires, que, bajo la reina Isabel I, en el
mismo día, pero en distintos lugares de la ciudad o en las
cercanías, por el reino de Dios padecieron el martirio con el
ahorcamiento. Sus nombres son: Guillermo Gunter, Roberto Morton,
Tomás Holford y Jaime Claxton, presbíteros; Tomás
Felton, clérigo de la Orden de los Hermanos Menores; Enrique
Webley y Hugo More, seglares.
Tomás Felton nació en Bermondsey en 1568,
hijo del beato Juan Felton, que fue martirizado en 1570. Educado con
mucho esmero por la familia Lowell que lo había acogido,
ingresó en el colegio inglés de Reims y en 1583
recibió la tonsura clerical y las órdenes menores. Pero
se decidió por la vida religiosa e ingresó en la Orden de
los Mínimos, cuya regla, como es sabido, es muy austera y ello
trajo consigo que el joven enfermara, por lo que decidió volver
a Inglaterra a restablecerse. Cuando ya se sentía mejor,
mientras embarcaba para volver al continente, fue arrestado por los
espías de la corona y llevado a la cárcel de Brideweil,
donde pasó los dos años siguientes. Pasado este tiempo,
su tía, la señora Blount, logró su libertad, lo
que fue aprovechado por él para intentar de nuevo la salida de
Inglaterra, siendo nuevamente arrestado y encarcelado, y esta vez fue
su antigua bienhechora lady Lowell la que consigue su
liberación, estando ella también recluida por causa de la
religión en la cárcel de Fleet. Pero pocas semanas
más tarde otra vez estaba preso en Bridewell.
Esta vez hubo de padecer ayunos y tormentos pues lo
tuvieron tres días y tres noches en la tortura llamada
«Little ease» y no le daban sino un poco de pan y agua,
porque se quería de él la lista de los sacerdotes que
trabajaban en Inglaterra. El joven se mantuvo firme y no delató
a nadie. Lo pusieron también a moler en un molino. Fue llevado
por la fuerza a la capilla de Bridewell para que asistiera al culto
anglicano pero él se tapó los oídos con los dedos.
Entonces le ataron las manos a la silla baja en que lo tenían
sentado, pero él dio tantas patadas en el pavimento e hizo tanto
ruido con la boca que era imposible oír lo que el ministro
decía. Se negó en absoluto a cambiar de religión.
Juzgado en la sesión de juicio de Newgate del 26 de
agosto de 1588, fue condenado a muerte. Se le preguntó si estaba
de parte de la reina o del papa y de España, y él dijo
que estaba de parte de Dios y de su país. Fue sacado para la
ejecución junto con el beato Jaime Claxton. Rechazó la
gracia que se le hacía poco antes de salir para la
ejecución porque contenía condiciones inaceptables. Fue
ahorcado y descuartizado. Su hermana, la señora Francés
Salisbury, escribió una narración de su martirio.