BEATO TOMÁS CORSINI
21 de junio
1343 d.C.



   Nació en Orvieto, ciudad de Umbría. Para alcanzar con mayor seguridad la patria celestial, en lo cual estaban concentrados todos sus pensamientos y anhelos, decidió consagrarse completamente a Dios en una familia religiosa y, por su acendrado afecto hacia la Virgen, pidió y que fue admitido en la Orden de los Siervos de Santa María. En él resplandecieron con luz meridiana las virtudes típicas de los Siervos: la humildad, la caridad fraternal, el espíritu de servicio, la misericordia. En efecto, - como se lee en los "Anales" de la Orden -; “con el objeto de dedicarse de una vez para siempre al servicio de la Virgen y de sus siervos”, pidió ser agregado en el número de los frailes que la gente suele llamar “legos”.

   Durante muchos años pidió limosna de puerta en puerta y, ejerciendo este oficio, mostró suma afabilidad, paciencia y caridad- Sentía una entrañable compasión por los pobres, a quienes no sólo daba con alegría de lo que sobraba de la mesa de los frailes, sino también del sustento que le era necesario. Dios miró con agrado la sencillez con que el beato desempeñaba su actividad y según el testimonio de antiguos escritores, manifestó su aprobación con diversos prodigios. 

   El humilde siervo de la Virgen murió en Orvieto, el año 1343, como se lee en la "Crónica" de fray Miguel Poccianti; su cuerpo recibió honrosa sepultura en la iglesia de los Siervos de esta misma ciudad. Por los milagros, cada vez más frecuentes, los habitantes de Orvieto muy pronto empezaron a tributarle una gran devoción y a celebrar su memoria. Su culto fue confirmado el 13 de diciembre de 1768 por el Papa Clemente XIII.

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(Parroquia San Martín de Porres)