Nació en el
East Riding de Yorkshire. No sabemos nada de él hasta su
ordenación en Reims, en 1588, año en el que
regresó como misionero a su país natal. Se
desenvolvió como un pastor celoso y entregado por casi 30
años. Se manejaba en todo a pie, teniendo que andar muchas veces
de noche para no ser reconocido, por lo que apenas descansaba. Fue
precisamente en una helada que sufrió una caída, de la
que nunca se recuperó del todo, y le obligó a desplazarse
a partir de allí a caballo.
En todo momento
permanecía en oración, y no era nunca una carga para los
pobres, al contrario, cuando iba a casas de fieles pobres, daba en
ellas lo que recibía de las casas de los demás.
Cuando tenía
ya unos 70 años o más, se dirigía a casa del Sr.
Vavasour of Willitoft, fue espiado, de modo de poder ser apresado. Fue
detenido por agentes armados, y trasladado a York junto con su
anfitrión y esposa e hijos de este. Cuando el juez le
preguntó si era o no sacerdote, no se atrevió a afirmarlo
claramente por miedo a la vida del que lo había albergado y su
familia, pero tampoco lo negó abiertamente; sin embargo le
habían encontrado al registrarlo un rosario y un texto de
indulgencias, por lo que el juez, a falta de mejores pruebas, lo
condenó a muerte por traición.
La condena produjo
cierto malestar entre el pueblo, porque no era frecuente condenar sin
ninguna prueba, o con pruebas tan débiles, sobre todo si el
acusado no había negado pero tampoco afirmado ser sacerdote, por
lo que luego se amañó un testigo que afirmó
haberlo visto celebrar misa.
El Beato fue,
conforme a lo habitual, ahorcado y descuartizado. Sufrió
«con una paciencia admirable, coraje y constancia, y signos de
gran consuelo». Fue beatificado por san Juan Pablo II el 22 de
noviembre de 1987.