BEATO TÉOFILO (BENJAMÍN)
FERNÁNDEZ DE LEGARIA GOÑI
11 de agosto
1936 d.C.
Mártir en El Escorial
el 11 de agosto de 1936. Natural de Torralba del Río (Navarra), nació
el 5 de julio de 1898. Profesó el 1 de septiembre de 1916. Ordenado
sacerdote el 22 de septiembre de 1923, en Santander. Por sus excelentes cualidades
fue enviado a estudiar en Roma, donde alcanzó el grado de doctor en
Sagrada Teología, en la Pontificia Universidad Gregoriana, en julio
de 1925. A los 28 años era vice-rector del Colegio en Madrid. Dos
años después era ya el Superior del mismo, alternando sus múltiples
ocupaciones con la dirección espiritual de las Asociaciones de Licenciados
y Doctores y la de San Cosme y San Damián. Al mismo tiempo lograba
la Licenciatura en Filosofía y Letras en la Universidad de Salamanca.
Se distinguió de modo especial en la defensa de los derechos
de la Iglesia Católica en los difíciles años de la República
española, promoviendo la Hermandad de San Isidoro de Sevilla. En agosto
de 1935 fue nombrado Superior y Director del Escolasticado de la Congregación
en El Escorial. Durante su breve Superiorato dejó un recuerdo imborrable
entre sus alumnos. Su paso por el escolasticado fue una gracia especial.
Su actividad fue increíble; su celo, extraordinario, inculcando en
los alumnos una veneración y amor grandes hacia el sacerdocio.
Al producirse en julio el Alzamiento nacional estaba en El Escorial
con profesores y jóvenes estudiantes. Convirtió la Casa en
hospital de sangre, quedándose él como director del hospital
y los profesores y jóvenes como enfermeros. Ante el peligro que corrían,
a los pocos días se llevaron a Madrid, en camiones, a los profesores
y estudiantes. El se quedó cuidando la casa con cuatro Hermanos laicos,
ya de edad. A los tres días llegó un miliciano con heridos,
y reconoció al P. Teófilo, por haber recibido de él
muchos favores en Madrid, siendo Superior del Colegio. Lo denunció
y exigió que desapareciese de la Casa. Aquella misma noche vinieron
con dos coches y mientras cenaba él con médicos y enfermeros
se lo llevaron, pistola en mano. Sin juicio alguno, fue conducido a las afueras
de El Escorial, a tres kms., y en el lugar llamado "La Piedra del Mochuelo",
después de haberle dejado rezar y escribir unas líneas a su
madre, lo fusilaron por la espalda mientras iba a ponerse en el paredón.
Su cuerpo, con el de otros tres sacerdotes de El Escorial, que asesinaron
minutos después, apareció al día siguiente, en dicho
lugar. Fue inhumado en el Cementerio de San Lorenzo de El Escorial.
Tenía 38 años de edad.