BEATOS SIETE MONJES MÁRTIRES
DE TIBHIRINE
1996 d.C.
21 de mayo
Sus vidas fueron retratadas
en la película francesa “De dioses y hombres”, estrenada en el año
2010. El Monasterio de Nuestra Señora del Atlas, fundado en 1938 en
la localidad argelina de Tibhirine, fue el escenario de uno de los episodios
más sangrientos de la guerra civil argelina en la década de
los 90 del siglo XX.
Los grupos terroristas islamistas habían emprendido una
campaña contra los extranjeros residentes en el país, especialmente
contra los de nacionalidad francesa, y los lugares cristianos fueron uno
de sus principales objetivos.
A pesar de ello, los monjes trapenses del monasterio de Tibhirine
decidieron quedarse debido al fuerte vínculo que tenían con
la población local, a la que ofrecían un servicio médico
fundamental. En la noche del 26 al 27 de marzo de 1996, terroristas del Grupo
Islámico Armado (GIA) asaltaron el monasterio y secuestraron a 7 de
los 9 monjes que había en ese momento. Todos de nacionalidad francesa.
Las negociaciones para intercambiar a los monjes por prisioneros
del GIA no funcionaron y el 21 de mayo de 1996 los terroristas anunciaron
que habían decapitado a los siete monjes. Sus cabezas aparecieron
el 30 de mayo, pero sus cuerpos no se encontraron nunca.
Mons. Claverie
Tras el asesinato de los monjes de Tibhirine, Mons. Claverie
sabía que su vida corría serio peligro. El 1 de agosto de 1996
una bomba explotó en la entrada del Obispado, matando al Obispo y
a su ayudante. Mons. Claverie había nacido en Argelia en el año
1938, durante la dominación francesa del país. En Argelia vivió
toda su infancia y adolescencia, hasta que se trasladó a Europa para
formarse como dominico.
Regresó a Argelia y, tras haber ejercido como director
de Instituto, fue nombrado Obispo de Orán en el año 1981. Gran
conocedor de la religión islámica, durante su ministerio se
esforzó por acercar a cristianos y musulmanes y promover el diálogo
interreligioso.
Tras el estallido de la guerra civil argelina en 1991, se esforzó
por lograr la paz y terminar con las matanzas y la violencia. Fue precisamente
su implicación en favor de una solución no violenta al conflicto
lo que lo situó en la diana de los extremistas que, finalmente, acabaron
con su vida.