SERGIO III
904-911 d.C.
Cristóbal el usurpador, que bien merece el título de
antipapa, fue arrojado a la cárcel donde yacía su
víctima, León V, y donde los dos fueron matados por orden
del antiguo antipapa Sergio, conde de Tusculum. El partido hostil a
Formoso se encontraba otra vez en el poder y el proceso volvió a
abrirse, sin que se llegara a los extremos conocidos ni a la
profanación de su sepultura. Fue un reinado del terror. El
verdadero amo de Roma durante todos estos años (Baronio llama
"reino de la pornocracia) a este periodo que termina en 935 es
Teofilacto, jefe de la aristocracia romana, Teodora y Marozia, aparecen
como unos monstruos de crueldad y corrupción en la famosa
crónica de Liutprando de Cremona. Teofilacto se nombró a
sí mismo príncipe, senador y cónsul de Roma, y
senadoras a Teodora y Marozia.
Todos los Papas de aquél periodo fueron juguetes en
manos de las facciones feudales. La única obra memorable de
Sergio fue la reconstrucción de la Basílica lateranense,
destruida por un terremoto durante el "proceso cadavérico"
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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)