BEATO SECUNDINO
MARÍA ORTEGA
GARCÍA Y 19 COMPAÑEROS
13 de agosto
1936 d.C.
En Barbastro, cercano a
Huesca, en Aragón en España, beatos Secundino
María Ortega, sacerdote, y diecinueve compañeros,
mártires, que, religiosos de la Congregación de los
Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de María, fueron
ejecutados por odio a la durante la persecución contra la
Iglesia.
Nació en Santa Cruz de la Salceda (Burgos). En 1928
emitió sus votos como claretiano en Vich. En 1936 fue ordenado
sacerdote en Barbastro. Espíritu diligente y movido,
carácter fuerte que sabía controlarse. El 12 de Agosto,
dio la absolución sacramental a los 6 claretianos que iban a
morir mártires. Recibió la profesión perpetua
antes de morir.
Desde el momento que supieron la muerte de sus seis
compañeros se prepararon al martirio perdonando a sus asesinos.
Consignaron por escrito la "Ofrenda última a la
congregación de sus hijos mártires": "... Seis de
nuestros compañeros ya son mártires; pronto esperamos
serlo nosotros también; pero antes queremos hacer constar que
morimos perdonando a los que nos quitan la vida y ofreciéndola
por la orientación cristiana del mundo obrero, por el reinado
definitivo de la Iglesia católica, por nuestra querida
Congregación y por nuestras queridas familias". Fueron los
mártires: Hno. Alfonso Miquel Garriga, Antolín
María Calvo y Calvo, Antonio María Dalmau Rosich, Esteban
Casadevall Puig, Eusebio Codina Milla, Hilario María Llorente
Martín, Javier Luis Bandrés Jiménez, José
Brengaret Pujol, José María Ormo Seró, Juan
Codinachs Tuneu, Juan Echarri Vique, José Sánchez
Munárriz, Hno. Manuel Buil Lalueza, Manuel Torras Sais, Pedro
García Bernal, Ramón Novich Rabionet, Salvador Pigem
Serra, Teodoro Ruiz de Larrinaga García, Tomás Capdevila
Miró.
Ninguno desfalleció, ni demostró
cobardía. El P. Luis Masferrere, único sacerdote que
quedaba, les dio la absolución. Los que quedaban les vieron
subir al camión; les oyeron aclamar a Cristo Rey, y entonar
cánticos que expresaban el ideal de la vida misionera.