SAN VITAL DE CASTRONOVO
9 de marzo
990 d.C.
Nació en Kars-nubu (Castronuovo de Sicilia pero en época
islámica), en el seno de una familia de origen bizantina, rica y
de alto linaje. Fue educado en la fe por preceptores
eclesiásticos de rito griego; en un ambiente isleño, en
tiempo de la dominación árabe, los cristianos gozaban de
una cierta autonomía en asuntos religiosos.
Aunque no le
interesaban los estudios, tuvo una inclinación espiritual que le
llevó hacia el 950 a retirarse al monasterio de San Felipe de
monjes basilios en Agira (provincia de Enna) donte tomó el
hábito. Aquí estuvo cinco años dedicado a las
prácticas religiosas y laborales. Después de este
quinquenio marchó con una delegación de cohermanos en
peregrinación a Roma, durante el viaje, a la altura de Terracina
(en la Campania), le mordió una serpiente venenosa pero se
salvó milagrosamente haciendo el signo de la cruz.
Después de la
peregrinación eligió no regresar al convento y se
paró como eremita en Calabria a la altura de la localidad de
Santa Severina; esta experiencia duró dos años. En los
siguiente doce años estuvo en un ignoto cenobio siciliano, que
seguía la regla basiliana, dedicado a perfeccionar el ejercicio
en la virtud.
Después de
esto, volvió a Calabria para vivir como anacoreta en el monte
Liparachi y allí conoció al abad del cenobio con el que
progresó en la oración y la ascesis. Después
marchó a un lugar solitario en el cabo Spulico donde por su
aislamiento vivían muchos criminales. Aquí Vidal
llevó un clima de paz y cordialidad y sus habitantes en
reconocimiento construyeron una iglesia dedicada a san Basilio.
Aquí obró algún milagro. Después estuvo en
otros eremitorios hasta que se estableció en Armento (en
Basilicata) donde tuvo una proverbial familiaridad con los animales.
Su fama de santidad y
milagros hizo que el gobernador de la provincia bizantina de Bari lo
convocase para conocerle y allí fue con dos religiosos y
obró algún milagro. Después de dejar Bari, quiso
remediar la destrucción que hacían los musulmanes en
distintas iglesias y monasterio, también en esta época
realizó algún milagro salvando algunos de sus
compañeros de la ira sarracena.
San Vidal se aplicó de lleno la norma evangélica del amor
universal en especial con los pecadores por el hecho que consideraba
más importante la recuperación que la penitencia en
sí. En los últimos años de su vida dio vida a dos
monasterios lucanos: el de Torri (con la ayuda de su sobrino san
Elías) y el de Rapolla y el pueblo de Castronovo de Sant’Andrea,
en Potenza, le debe su fundación. Murió con fama de
santidad. Es patrono de Armento (Potenza) y de Castronovo de Sicilia
(Palermo). Tiene culto local.