SAN VICENTE PALLOTTI
22 de enero
1850 d.C.
Nació en Roma en el seno de una familia cristiana, que dejaron
una profunda huella en su vida. Estudió en el Colegio Romano,
pasando luego a la Universidad de Roma donde se doctoró en
Filosofía y Teología. Al morir su padre, tuvo que vivir
con su tía Rita, que tuvo que dejar el convento de las clarisas,
para hacerse cargo de su sobrino.
Mientras estaba en el seminario tuvo como director espiritual a Dom
Fanzzini y fue amigo de san Gaspar del Búfalo. A los 20
años hizo los votos y dijo "non il mondo ma Dio!" (No el mundo,
sino Dios). Se ordenó sacerdote en 1818 en San Juan de
Letrán. Después de un breve periodo en el que se
dedicó como maestro de teología trabajó con la
juventud popular del barrio. Creo escuelas nocturnas y de artes y
oficios, visitó cuarteles, hospitales, atendió al clero,
impartió catequesis, creó “conservatorios” y albergues.
Predicó misiones y ejercicios espirituales; fue confesor
ordinario del seminario romano, después de los colegios
escocés, griego, inglés e irlandés y, por
último, del colegio urbano de Propaganda Fidei, que le
permitió mantener muchos contactos con el Oriente cristiano.
Decía: "Todos tenemos obligación de seguir a Jesucristo;
y por esto todos según sus posibilidades y condición
están llamados al apostolado... El apostolado
católico-universal, que puede ser realizado por todo tipo de
gente, significa también hacer lo que cada cual pueda y, debe
hacer a la mayor gloria de Dios y para la de la propia salvación
y de los demás".
En 1834 fue rector de la iglesia del Santo Spirito dei Napoletani,
donde encaminó su futura fundación del Apostolado
Católico. En el 1836 empezó a observar la octava de la
Epifanía para la unificación de la Iglesia ortodoxa con
la Católica. Sus fatigas apostólicas estaban a la par con
su austeridad, en el 1837, durante una epidemia de cólera, puso
en peligro continuamente su vida. La sociedad por él fundada,
los Palotinos, (Sociedad del Apostolado Católico), contó
con 12 miembros durante su vida, pero después de su muerte se
difundió por todo el mundo, que cuenta con seglares y
presbíteros. Tuvo dificultades al principio (en 1838, la
Asociación fue suspedida por el papa, para luego retractarse) y
el papa Gregorio XVI les concedió en 1844 la iglesia del Santo
Salvatore in Onda, donde se fue a vivir con sus primeros
compañeros en 1846. También fundó las Hermanas de
la Sociedad del Apostolado Católico. Murió en
Roma. Juan XXIII lo canonizó en 1963, durante el Concilio
Vaticano II y lo nombró patrón principal de la Pontificia
Unión Misional del Clero.