SAN VALERO DE ZARAGOZA
22 de enero
315 d.C.
Nació en Zaragoza, y pertenecía a la familia romana
Valeria. Obispo de Zaragoza, fue uno de los más célebres
prelados de la Iglesia de España. Promovido a la cátedra
episcopal de Zaragoza, por sus méritos y virtudes, se
dedicó, como obispo, a cumplir fielmente su oficio pastoral.
Asistió al concilio de Elvira (actualmente Granada). Los
últimos años de su episcopado no podía cumplir con
el cargo de la predicación, por lo que fue llamado "el
tartamudo". Pero encontró un magnifico ayudante en el
diácono san Vicente, que se trajo de Huesca.
Estamos a principios del siglo IV, cuando Diocleciano y Maximino
desencadenaron una de las más crueles persecuciones contra los
cristianos; en España encontraron un fiel ejecutor de las
ordenes y era Daciano, gobernador de la Tarraconense que cuando vio los
progresos del obispo Valero y su diácono ordenó su
arresto y traslado a Valencia, donde esperaba doblegarlos. Quiso el
gobernador convencer a Valero, y le ofreció, apelando a sus
muchos años, la libertad si convencía a sus fieles para
que practicasen el culto al emperador. Se indignó el venerable
anciano y por su dificultad al hablar, rogó a su fiel
diácono que confesase por los dos su fidelidad a Jesucristo.
Vicente así lo hizo, y por ello fue torturado y ejecutado y
Valero desterrado a Enate, cerca de Barbastro, donde vivió unos
doce años dedicado a la oración y a la penitencia.
Patrón de Zaragoza.