SAN URSO DE AOSTA
1 de febrero
Siglo VIII d.C.
De
origen irlandés. Enardeció la fe de los habitantes de
Digna y Aosta en contra del arrianismo. Fue arcediano en Aosta. Era un
hombre sencillo, pacífico y misericordioso; entregado al trabajo
manual para procurarse alimento y auxiliar a los necesitados.
El desconocido autor de la “Vita” lo describe como simple,
dulce, humilde, pacífico y altruista, un hombre de Dios que
conjugaba la oración continua con las obras de caridad,
visitando a los enfermos, ayudando a los pobres, consolando a los
afligidos y apoyando a los oprimidos, viudas y huérfanos.
Dedicado al trabajo de su huerto para procurarse lo necesario, Urso
dividía el producto en tres partes: para sí, para los
pobres, y para los pájaros, los cuales, según dice la
leyenda, en agradecimiento se posaban en su cabeza, en su hombro, en
sus manos. También tenía un pequeña viña,
cuyo vino tenía la virtud de curar a los enfermos.
El día de su muerte fue seguramente un 1 de febrero, porque en
esta fecha se celebra su culto inmemorial, aunque el año nos es
desconocido por completo. La tradición le atribuye multitud de
milagros. Uno de ellos fue que en un período de gran
sequía, cuando el agua escaseaba ya no sólo para los
campos sino también para los propios fieles, Urso abrió
una vertiente en una roca con su bastón; esa fuente aun existe,
es la «Fontana di Sant’Orso», cuyas aguas se consideraban
milagrosas, por lo que se hizo en 1649 una capilla para albergarla,
restaurada en el siglo XIX. Tiene culto local.