SAN UDALRICO DE
AUGSBURGO
4 de julio
973 d.C.
A los 35
años fue elegido obispo de Augsburgo, y entonces se
reveló devoto y sabio. Luchó contra la simonía y
el concubinato de los sacerdotes; en 955, protegió a su pueblo
de los invasores magiares, protegiendo la ciudad de Augsburgo con una
muralla, y luchando el mismo en la defensa de la ciudad, al morir su
hermano que tenía el mando de las tropas. Fue amigo y partidario
del emperador Otón I, el cual, en el día 10 de agosto del
955, causó tan completa derrota a los húngaros en la
famosa batalla de Lechfeld, que estas hordas jamás volvieron a
internarse en territorio alemán. No cabe duda, que un gran
mérito en esta batalla, famosa en toda la historia universal, le
corresponde a san Ulrico.
Aconsejó el nombramiento como obispo de Constanza a
san Conrado de Constanza. Reconstruyó la catedral y la iglesia
de Santa Afra. Administró su diócesis con gran cuidado
pastoral, ocupándose personalmente de la formación del
clero y de la instrucción religiosa del pueblo. Visitó
varias veces sus extensa diócesis y celebró
sínodos diocesanos. Propagó el ideal monástico
(él mismo vivió secretamente como monje) y apoyó
varios monasterios y en Augsburgo fundó el monasterio de
canonesas de San Esteban. Fue varias veces a Roma y su solicitud hacia
los desposeídos fue proverbial; construyó en Augsburgo un
hospital para pobres y socorrió a los indigentes incluso en sus
numerosos viajes.
En su ancianidad se retiró al monasterio de Saint
Gall llevándose como coadjutor a uno de sus sobrinos. La bula de
su canonización es del 31 de enero de 993 y está firmada
por Juan XV, es el primer documento de canonización expedido por
la sede apostólica, tal y como se hace ahora.