SAN TRIVERIO
16 de enero
550 d.C.
Nació en Neustrasia, en el seno de una familia romana originaria
de Cahors. Demostró desde su niñez una fuerte
inclinación hacia la vía contemplativa y buscó
asilo en un monasterio en Thérouanne. Con 40 años fue
ordenado presbítero. Se le confió dos prisioneros de
guerra, que el rey de Austrasia había dejado al abad del
monasterio; después de tres años juntos, Triviero les
acompañó a su pueblo Dombes, donde ellos le recompensaron
cediéndole todas sus posesiones. Nuestro santo no aceptó
nada más que una humilde campana que había en el
jardín para poder comenzar una vida como ermitaño. Su
nueva vida estaba llena de oración, del canto de himnos y de
salmos, de jóvenes y ancianos.
Triverio murió y según el uso común de su tiempo,
su cuerpo fue sepultado en el mismo lugar de su oratorio. Setenta
años después, vistos los numerosos milagros operados
sobre su sepulcro, el cuerpo fue exhumado y encontrado incorrupto. El
Obispo de Lyon mandó trasladarlo a su diócesis, a
Neuville-les-Dames, donde erigió una iglesia en su honor, que
llegó a ser meta de una incesante peregrinación. El
pueblo de Saint-Trivier recuerda su nombre. Tiene culto local.