SANTOS VALERIO Y RUFINO
14 de junio
287 d.C.
De acuerdo con algunos de los relatos, eran dos misioneros que formaban
parte del grupo enviado desde Roma para evangelizar aquella
región de las Galias. Pero otras narraciones afirman que fueron
dos muchachos galoromanos que desempeñaban el cargo de
guardianes en los graneros de alguno de los puestos del Imperio a lo
largo del río Vesle.
De cualquier manera, lo que interesa es que Valerio y Rufino eran
cristianos y practicaban su religión abiertamente en Sissons. Al
desatarse la persecución de Diocleciano, los dos jóvenes,
al tanto de que eran hombres marcados para un destino fatal, huyeron a
esconderse en una cueva de alguno de los bosques vecinos. Ahí se
les descubrió y fueron aprehendidos. Después de haber
confesado sus creencias, fueron brutalmente azotados y sometidos a
diversas torturas que soportaron con entereza; al fin, se les
condenó a morir degollados. En el sitio donde fueron sepultados
se erigió una iglesia y, con el tiempo, surgió ahí
la ciudad francesa de Bazoches.