SANTOS RAMÓN LI QUANZHEN Y PEDRO LI QUANHUI
30 de junio
1900 d.C.



   Eran hermanos chinos, asesinados en Tch’enn-T’ounn, China, durante la persecución de los bóxers; ambos dieron un preclaro testimonio de Cristo, uno negándose a rendir culto a los ídolos hasta morir a golpes y el otro con igual muerte cruel.

   Ramón tenía 59 años y estaba muy feliz de tener un hijo sacerdote. Vivió la fe con intensidad y daba buen ejemplo a todos por su excelente conducta evangélica. Cuando vio venir a los bóxers, tomó en brazos a su hija pequeña Magdalena, de seis años, y se la llevó consigo a un cañaveral. Fue localizado y forzado a que apostatase le mataron su hija en sus brazos. Fue llevado a la pagoda para que adorase a los dioses a lo que se negó firmemente. Le cortaron una oreja y le quemaron la espalda, sin que consiguieran que abjurase de su fe. Fue rematado a golpes de espada y lanzazos. 

   Pedro, nacido en 1837 y de más edad, por tanto, que Raimundo. Intentó también a la llegada de los bóxers esconderse en un cañaveral, pero fue descubierto y llevado también a la pagoda para que adorara a los dioses, a lo que se negó con energía. Lo llevaron entonces frente a su casa, donde vivían sus ancianos padres, y como insistía en manifestarse cristiano, allí fue asesinado a golpes de lanza. Ambos fueron canonizados el 1 de octubre de 2000 por SS Juan Pablo II.

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(Parroquia San Martín de Porres)