SANTOS PEDRO,
ANDRÉS, PABLO Y DIONISIA
15 de mayo
250 d.C.
Mártires en Troade, durante la persecución de Decio;
Pedro era un joven de Lampsaco del Helesponto (Estrecho de Dardanelos).
Algunos autores dicen que todos murieron en Lampsaco.
Durante la persecución de Decio vivía en Lampsaco del
Helesponto un joven cristiano de carácter altivo y noble
presencia, llamado Pedro. El procónsul Olimpio, ante el cual
compareció, le mandó que ofreciese sacrificios a Venus.
Pedro se negó y atacó hábilmente el culto a la
licenciosa divinidad. En las «Actas» de su martirio
se citan sus propias palabras. San Pedro fue decapitado, tras de haber
sido torturado en la rueda. Poco después, el mismo
procónsul juzgó a otros tres cristianos: Nicómaco,
Andrés y Pablo. Durante la tortura, Nicómaco
abjuró de la fe.
Entonces Dionisia, una joven de dieciséis
años que se hallaba presente, lanzó un grito de horror.
Fue arrestada, se la interrogó y confesó que era
cristiana. Como se negase a sacrificar a los dioses, fue condenada a
morir al día siguiente, con Andrés y Pablo;
también se le anunció que iba a pasar la noche con dos
jóvenes licenciosos, a quienes se autorizó para hacer de
ella lo que quisiesen. Pero la misericordia de Dios preservó a
Dionisia de sus ataques. A la mañana siguiente, Andrés y
Pablo fueron lapidados en las afueras de la ciudad por la turba.
Dionisia, que deseaba morir con ellos, los siguió hasta el sitio
del martirio; pero el procónsul la obligó a volver y la
mandó decapitar dentro de la ciudad.