SANTOS OCTAVIO,
SOLUTOR Y ADVENTOR
20 de noviembre
287 d.C.
Nada
cierto sabemos sobre estos mártires y su recuerdo se
habría perdido si el primer obispo de Turín, san
Máximo, en el siglo IV, no los hubiera citado en el
título de uno de sus sermones. En este texto se narra la actitud
de estos heroicos mártires pero no se hace ninguna
mención geográfica o temporal.
De este texto se
puede afirmar que fueron ciudadanos turineses, o quizás los
primeros misioneros enviados a evangelizar la ciudad. Una “passio” del siglo V,
históricamente poco fiable, se dice que posiblemente fueran
soldados pertenecientes a la legendaria Legión Tebana. San
Mauricio, capitán, y sus compañeros, provenientes del
ejército de Egipto al rechazar adorar al emperador, fueron
martirizados en Agaunum en Suiza, pero pronto surgieron voces de que
algunos soldados escaparon a la masacre y fueron evangelizadores de las
regiones cercanas. Así se explicaba la llegada a Turín de
los tres santos.
Fueron capturados por soldados fieles al emperador, Adventor y Octavio
que fueron martirizados en las cercanías de Dora Riparia,
mientras Solutor, que había logrado huir hacia el Canavese, fue
descubierto en las cercanías de Caravino y fue decapitado. Una
matrona romana de Ivrea, recogió su cuerpo y lo
transportó a Turín, donde ya estaban los restos de los
otros dos mártires y juntos los sepultó en una capilla
que construyó en la actual Cittadella de Pietro Micca.
Actualmente están sepultados en la iglesia de los Santos
Mártires en Turín. Patrones de Turín.