SANTOS NAZARIO DE
MILÁN Y CELSO
28 de julio
303 d.C.
Nazario era hijo de padre judío y madre cristiana (la leyenda le
hace hijo de santa Perpetua). Huyó durante las persecuciones y
predicó el cristianismo en el norte de Italia y en las Galias.
Predicó en nombre de Jesucristo. "Los pobres son su
prójimo" , decían los del lugar. A lo que él
replicaba; "Son más que mi prójimo; son mis hermanos, mis
hijos en espíritu" . Y en provecho de ellos vendió sus
vastas heredades, vistió el sayal de peregrino y comenzó
su misión evangelizadora con los menesterosos, los enfermos y
los huérfanos.
Recorrió
Florencia y se dirigió a la ciudad de Milán. El
gobernador Anolino interrogó a los guardias:
"¿Quién es ese hombre que habla sobre la fe de un
nazareno llamado Jesús y todos lo siguen?" Dio orden de que lo
encarcelaran y al día siguiente se presentó en su celda.
Su presencia llevaba un fin: persuadirlo a que adorase a los dioses de
Roma.
Como Nazario se
negase, fue flagelado y expulsado de Milán. Llevó
entonces a la Galia su prédica evangelizadora. Bautizó al
joven Celso y viajó con él a Tréveris. En la
ciudad de Tréveris ambos realizaron milagros. En
compañía de los recién convertidos entonaban
cánticos sagrados y en las procesiones pregonaban la paz entre
los hermanos y entre los pueblos.
Como en Génova había convertido a numerosas personas, el
emperador Diocleciano (y no Nerón) ordenó que se les
ahogase a ambos en el mar, pero se salvaron milagrosamente. Al fin
fueron decapitados en Milán por orden del juez Anolino. Se dicen
que eran originarios de Roma (otras tradiciones dicen que Celso era
originario de Cimiez). Sus Actas son
poco fiables. San Ambrosio escribió sobre ellos ya que
encontró sus cuerpos. Desde 1969 su culto se ha limitado a los
calendarios locales. Los habitantes de Milán reverencian a estos
dos santos como a sus dos patronos.