SANTOS LUCIANO,
MAXIMIANO Y JULIÁN
8 de enero
290 d.C.
Se
piensa que eran misioneros provenientes de Roma. Se cree que Luciano
era presbítero o el primer obispo de Beauvais; parece que
predicó el Evangelio en la Galia. Murieron decapitados en
Beauvais, siendo gobernador de la Galia, Juliano. Su vida es un mosaico
de leyendas hagiográficas.
Las reliquias de los
tres mártires se descubrieron en el siglo VII -según
cuenta san Ouén en su vida de san Eloy- y fueron colocadas en
sendos relicarios en la abadía de su título, fundada en
el siglo VIII. Rabano Mauro afirma que las reliquias de estos santos
eran famosas por los muchos milagros que obraban en la época en
que él escribía, es decir, un siglo más tarde.
El Martirologio Romano y la mayoría de los
calendarios del siglo XVI ponen simplemente a san Luciano en la lista
de los mártires; pero en un calendario compilado durante el
reinado de Luis el Piadoso, figura como obispo, y en Beauvais se le
honra como tal.