SANTOS SIETE
DURMIENTES EN ÉFESO
27 de julio
262 d.C.
Eran: Constantino, Dionisio, Juan, Malco,Martiniano, Maximiano y Serapión,
jóvenes de Éfeso, quienes para evitar verse obligados a
ofrecer sacrificios a los ídolos se refugiaron en una caverna.
Cuando el prefecto lo supo sufrieron el martirio asfixiados dentro de
una cueva que fue cerrada a cal y canto en el monte Oclón de
Éfeso. Pasadas las persecuciones, ya en tiempos de Teodosio, en
el año 408, se encontraron sus cuerpos y vestidos incorruptos,
como si su martirio hubiese sido un sueño. Por lo que fueron
llamados, los Siete Santos Durmientes.
Pero la “Leyenda
Áurea”, afirma que cuando era emperador Teodosio, hubo un
terremoto y se desplomó la pared que cegaba la cueva y los siete
durmientes despertaron persuadidos de que sólo había
pasado una noche. Uno de ellos, enviado a la ciudad para buscar
alimentos, vio en todas partes la imagen de la cruz, y no
conocía a nadie. Puesto que pagaba las compras con monedas de
Decio, lo detuvieron y condujeron ante el gobernador. Y en un largo
interrogatorio se acabó por descubrir la verdad. Esta historia
se interpretó como una prueba de la resurrección de los
muertos.
Los siete durmientes han sido identificados en Occidente con los siete
hijos de santa Felicitas, y en Bretaña con los siete santos
bretones. De ahí que sean objeto de culto en el antiguo
santuario de Vieux Marché (Côtes du Nord) cuya cripta es
un dolmen. Hubo peregrinaciones a su tumba. Esta historia de los
durmientes de Éfeso ha sido adoptada por el Islam: cada viernes
se lee en las mezquitas.