SANTOS GUMERSINDO Y
SERVIDEO
13 de enero
852 d.C.
San
Eulogio de Córdoba, en su obra “Memoriale Sanctorum”, nos
cuenta que Gumersindo era originario de Toledo, pero que se
trasladó con su familia a Córdoba desde niño. Por
un voto de su padre de formarlo en el estado clerical, fue ingresado a
la basílica de los santos mártires Fausto, Genaro y
Marcial, donde llegó a recibir el diaconado y luego el
presbiterado. Una vez ordenado, se le destinó a una iglesia
rural, ya que había en el momento escaso clero.
Por su lado Servideo
era un joven monje, que se había formado junto con Gumersindo, y
vivía ahora como recluso en el santuario mencionado. Un
día bajaron juntos a la ciudad, fueron señalados como
cristianos, y allí mismo fueron decapitados durante el emirato
de Abderramán II. Sus restos fueron sustraídos por los
cristianos, y escondidos en la iglesia de San Cristóbal, para
poder perpetuar la veneración por ellos.
El médico y erudito cordobés Dr. Ángel
Fernández Dueñas, afirma que es posible que los restos
perdidos de estos mártires estén en la urna común
que se conserva en la catedral de Córdoba, y que tuvo la
oportunidad de estudiar personalmente.