SANTOS CONON Y CONELO
29 de mayo
275 d.C.
Padre e hijo que murieron mártires, en Iconio de
Licaonia, durante la persecución de Aureliano. El hijo
tenía solamente 12 años. Conón era viudo y
entregó al servicio de la Iglesia a su hijo. Durante la
persecución, fueron de los primeros cristianos arrestados.
Fueron asados a fuego lento y luego torturados hasta la muerte.
La historia dice que Conón era un ingeniero
hidráulico, hombre con bienes de fortuna en su ciudad de Iconio
en Isauria, pequeña región de Asia Menor. Era cristiano,
como la mayor parte de los habitantes de la zona en donde el
cristianismo se había difundido muchísimo por la
predicación de San Pablo.
Conón se casó con una mujer cuyo nombre no nos ha
llegado; de ella solamente se sabe que murió prematuramente.
Conón, viudo, quiso ser monje, lo que significaba en aquella
época vivir en solitario. Los monjes eran muy apreciados, tanto
que eran llamados para resolver litigios dentro de la comunidad.
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De su hijo Conón o Conelo sabemos que era un muchacho que
siguió a su padre en todas sus decisiones, como en la
monástica; fue diácono de la comunidad cristiana de
Iconio y era un joven muy dedicado y era tenido en gran aprecio por la
gente.
En aquel tiempo, el prefecto Domiciano, tuvo varios
desencuentros con Conón y su hijo. Contra ellos se hizo un
proceso por haber obrado el “milagro del agua” que en realidad
había sido un trabajo de irrigación en aquellas tierras
palúdicas. En el proceso sufrieron torturas y ellos afrontaron
con gran coraje la muerte.