SANTOS AQUILA Y
PRISCILA
8 de julio
Siglo I d.C.
Matrimonio
de judíos conversos procedentes del Ponto, al sur del mar Negro.
Fabricaban tiendas de campaña con tejidos de pelo de cabra en
Roma, de aquí fueron expulsados junto a otros judíos
durante la persecución de Claudio, durante los años 49 y
el 50. Se establecieron en Corinto, donde acogieron a san Pedro (At
18,3), y formaron en su casa una floreciente comunidad eclesial.
Colaboraron con san Pablo, que lo acogieron en su casa, pues
tenía el mismo oficio que ellos (Hch 18,1-3), se marcharon con
Pablo a Éfeso, y allí se quedaron ejerciendo su oficio y
transmitiendo la fe, allí convirtieron definitivamente a Apolo
(Hch 18, 24-28). Al regreso de su viaje, Pablo los encuentra
todavía en Éfeso y allí escribe la “I Carta a los
Corintios” “Las Iglesias de Asia os saludan. Os envían
saludos Áquila y Priscila en el Señor, junto con la
Iglesia que se reune en su casa” (1Cor 16,19). Cuando Nerón fue
elegido emperador, regresaron a Roma, donde Pablo les saluda muy
cordialmente: "saludad a Prisca y a Áquila, mis cooperadores en
Cristo Jesús, los cuales para salvar mi vida expusieron su
cabeza" (Rm 16,3-5). En el saludo que Pablo les envía a
través de san Timoteo (2 Tm 4,19), nos hace sospechar que
regresaron a Éfeso. La tradición los hace mártires
durante el imperio de Claudio en Ostia, pero es un cúmulo de
fábulas que no podemos aceptar.