SANTO DOMINGO DE LA
CALZADA
12 de mayo
1109 d.C.
Sobre el
lugar del nacimiento de Domingo García, no se sabe nada,
mientras unos dicen que era vasco, otros de Vilora, en Burgos, otros
aseguran que nació en Italia y que allí vendió
todo su patrimonio y se lo dio a los pobres y partió para
España donde se instaló. Se sabe que cambió varias
veces de apellido y que de ser Domingo García, pasó a ser
Domingo de La Rioja; era un pastor por las márgenes del Ebro en
la Rioja, y que cuando hacia el 1050, decidió hacerse monje
benedictino le rechazaron en dos monasterios, en Santa María de
Valvanera y en San Millán. Se retiró entonces a las
soledades de la Bureba para vivir como ermitaño, hasta que
conoció a san Gregorio de Ostia del que fue discípulo y
paje y le confirmó en su vocación, además de
ordenarle presbítero. Murió san Gregorio en
Logroño, y entonces Domingo se quedó en La Rioja en el
paso de peregrinos que iban a Santiago de Compostela. Hay que destacar
que era un simple laico, que no tenía patrimonio ninguno, aunque
parece que en los monasterios aprendió a ser constructor.
Llegaban los peregrinos de Francia, por Pamplona, Estella,
Logroño, Nájera. Al pasar adelante, se encontraban en
medio del camino sin amparo ni guía. Lo decía un viejo
cantar: "Vos que andáis a Santiago, mire vostra mercé,
non ay puentes nin posadas nin cosa para comer". Domingo
concibió entonces que un servicio resultaba necesario: mejorar
los caminos, preparar albergues.
Nuestro Santo no ahorró esfuerzos para facilitar el
paso a los romeros, movido únicamente por su deseo de ayudar a
los peregrinos. Construyó primero una ermita dedicada a Santa
María, desde la que exploraba el horizonte para acudir en ayuda
de cualquier hermano en apuros. Edificó después un
albergue para peregrinos enfermos, en el que hizo de albañil,
enfermero y hospedero; arregló la vieja calzada romana. Luego
buscó recursos y levantó el famoso puente sobre el Oja,
que todavía subsiste después de diez siglos. Más
tarde taló montes y construyó una "calzada", que
llegará a ser su apellido. Se le agregaron muchos y
empezó a nacer la ciudad de Santo Domingo de la Calzada. San
Juan de Ortega y santo Domingo de Silos, que lo conocieron,
atestiguaron las múltiples obras de caridad llevadas a cabo
durante más de sesenta años por este benefactor de la
humanidad. Se le atribuyen varios milagros como el del peregrino
falsamente acusado y sostenido en el patíbulo, y el de los
pollos resucitados, que atestiguaron la inocencia del peregrino.
Murió a los 90 años.