SAN TIMOTEO GIACCARDO
24 de enero
1948 d.C.
Nació en Narzole (Cúneo), en el seno de una familia
campesina, y fue bautizado con el nombre de José. Fue educado
cristianamente desde su nacimiento. Vivía con su
familia en Cuneo, cuando en 1908 tuvo un encuentro con el recién
ordenado sacerdote: beato Santiago Alberione, quién le
ayudó descubrir su vocación religiosa. Ingresó en
el seminario de Alba. En el seminario formuló con toda seriedad
su deseo de ser santo. Tuvo que hacer el servicio militar durante la I
Guerra Mundial, terminada la cual regresó al seminario, sin que
esta experiencia hubiera alterado ni su conducta, ni sus ideales.
Durante su
última etapa en el seminario, tuvo una de las grandes pruebas de
su fe. Cuando quiso seguir al beato don Alberione (que en aquella
época había iniciado la fundación de la Pía
Sociedad de San Pablo), el obispo le negó el permiso, y le dijo
que si quería seguir a don Alberione tenía que renunciar
al sacerdocio. Fue un momento dificilísimo, pero lo
superó con la gracia de Dios.
Fue ordenado sacerdote
en 1919 en Alba, y poco después, en 1921, tomando el nombre de
Timoteo, fue uno de los iniciadores de la familia paulina.
Completó su formación teológica consiguiendo el
título con el que se le conoció siempre, es decir,
"Señor maestro". Pero antes de maestro fue discípulo
fiel, colaborador de Alberione quien le condujo por el camino de la
predicación mediante la buena prensa y le confió la
responsabilidad de la dirección de las comunidades, entre ellas
la primera fundación paulina de Roma (1926), del que fue
superior, nombrándole también "vicario". También
dirigió la redacción del semanario "Gazzeta de Alba",
o la revista para el clero "Vida Pastoral", o "Cooperador
Paulino". En 1930 fue reclamado en la ciudad de Alba para seguir la
formación espiritual de la Pía Sociedad de las Hijas de
San Pablo. Después fue enviado de nuevo a Roma como superior en
1932, y en 1936 volvió a Alba como superior de la casa madre, y
aquí se encargo de la dirección espiritual de las
Pías Discípulas del Divino Maestro, familia religiosa
fundada por Alberione para una vida dedicada al apostolado
eucarístico y litúrgico.
Pasó 10 años en Alba, trabajando durísimamente en
tiempos de la II Guerra Mundial. En 1946, Alberione lo llamó a
Roma, como primer consejero y vicario general. Una leucemia
acabó con la vida de Timoteo, que ofreció por la
aprobación de las Pías Discípulas del Divino
Maestro. Murió en Roma. Fue beatificado por Juan Pablo II
el 22 de octubre de 1989.