SAN TEÓGENES
3 de enero
320 d.C.
Se
dice que era Obispo de Parium en Asia Menor, durante el gobierno del
emperador Licinio, el tribuno Zalininthius le pidió que
renunciara a su condición de sacerdote y a Cristo y que entrara
en el ejército. Ante su firme negativa, fue despiadadamente
azotado con varas, encarcelado sin comida y sentenciado a morir ahogado
en el mar. En su ejecución, oró y una luz extraordinaria
iluminó a los asistentes. Los marineros y algunos soldados se
convirtieron, pero otros soldados le ahogaron, cumpliendo así la
sentencia. Su cuerpo fue recuperado del agua por los cristianos y
sepultado bajo las murallas de la ciudad; en este lugar se produjeron
numerosas curaciones.
Según añade su biografía, entre los soldados que
murieron con él se encuentran los santos Primo y Cirino,
asociándolos así a unas supuestas Actas de estos mártires
que murieron en Cízico en el Helesponto heleno.