SAN TEODOSIO DE TURNOVO
27 de noviembre
1363 d.C.
Se le
conoce gracias a una amplia “Vida” escrita por el patriarca de
Constantinopla Calixto I(1350-1363). Fue su amigo hasta la muerte. Es posible que
fuera originario de Bulgaria y que naciera en Turnovo. Desde joven
entró en el monasterio de san Nicolás, en el que
mostró un gran sentido de la obediencia, humildad y tenacidad.
Buscando mayor
perfección personal, se fue al de la Señora situado en la
Montaña Sagrada. Sus deseos no se vieron cumplidos y entonces
fue pasando de uno a otro hasta que se enteró que había
venido un monje santo procedente de del monasterio del Monte Atos:
Gregorio de Sinaí.
Este monje tuvo que
huir de las invasiones turcas. Se estableció en Paroria y
construyó un centro de espiritualidad. Junto a él
encontró la alegría con que soñaba. Fue uno de sus
amigos más íntimos y fiel seguidor de sus reglas para,
con ellas, alcanzar la santidad. Le encantaba la invocación
frecuente a Jesús. Poco a poco aprendió a orar con
total inmovilidad, buscando la unión perfecta con Dios.
A pesar de los ataques
turcos, él no perdía la calma. Más de una vez, por
mandato de sus superiores, tuvo que ir al rey de Bulgaria pidiendo
ayuda y protección. Lo hicieron abad pero por poco tiempo. Lo
suyo seguía siendo la inquietud de buscar siempre el lugar
idóneo para desarrolla su santidad.
Es la persona a quien
se le imputa el establecimiento del hesicasmo en el Segundo Imperio
búlgaro. El hesicasmo es una corriente mística dentro del
cristianismo ortodoxo cuyo principal defensor fue el monje bizantino
Gregorio Palamás, que llegaría a ser arzobispo de
Salónica. Seguidor del hesicasmo fue Teodosio de Tarnovo,
fundador hacia 1350 del monasterio de Kilifárevo, que pronto se
convertiría en el principal centro literario de Bulgaria y tuvo
un papel importante en la condena de las diferentes herejías
durante el reinado del zar Iván Alejandro de Bulgaria.
Eutimio de Tarnovo,
seguidor de Teodosio, tras una prolongada estancia en tierras
bizantinas regresó a Bulgaria y fundó el Monasterio de la
Santísima Trinidad, cerca de Veliko Tarnovo.
Teodosio murió en el monasterio de San Mamant en Constantinopla.
Teodosio se dirigía a la capital bizantina para visitar a su
compañero, el patriarca Calixto I, que ante la muerte de nuestro
santo escribió un largo elogio fúnebre sobre Teodosio.
Entre los discípulos de Teodosio estaban el patriarca Eutimio,
el último jefe de la Iglesia ortodoxa búlgara en la
época medieval, así como un escritor y hesicasta.