SANTA TERESA MARGARITA
REDI
7 de marzo
1770 d.C.
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Ana
María Redi, nació en Arezzo en el seno de una noble
familia. Se llamó Ana María Redi. Fue alma contemplativa
desde muy pequeñita. Con frecuenciase quedaba ensimismada y
preguntaba: "Decidme, ¿quiÈn es ese Dios?". Fue educada
durante su infancia en el monasterio benedictino de Santa Apolonia de
Florencia.
Pronto sintió
la vocación religiosa y atraída por el lema de San Juan:
"Dios es amor" (1 Jn 4,16), el 1 de Septiembre de 1764 ingresó
en el Carmelo de Florencia y el 11 de Marzo de 1765 vistió el
hábito tomando el nombre de Teresa Margarita del Sagrado
Corazón de Jesús. Durante toda su vida vivió con
el lema: “Escondida con Cristo en Dios”.
Más que
"maestra" fue un continuo y magnífico "testimonio" de vida
espiritual. Fue el apóstol del Sagrado Corazón y de la
Santisima Virgen del Carmen, a la que amó
entrañablemente. Según uno de sus biógrafos,
pertenece "a la progenie espiritual san Juanista más pura. La
llama oscura del amor infuso que la abrasa y la consume, ilumina y
dirige toda la vida, haciéndole tocar las cumbres de la vida
trinitaria, desde donde se abre al más ardiente apostolado
contemplativo."
Fue también una
gran mística y para llegar a serlo usó sobre todo de dos
medios: una dura ascesis e intensa caridad fraterna. Demostró su
profundo amor a Dios, en los hermanos, ejerciendo el oficio de
enfermera y de dedicación total a sus hermanas religiosas, a las
que siempre atendió con una alegría profunda.
Asimiló
perfectamente las enseñanzas de santa Margarita María de
Alacoque sobre el Sagrado Corazón y las vivió de modo muy
personal hasta llegar a la intimidad con la Santísima Trinidad.
Supo cubrir con las cenizas de la santa humildad sus dotes naturales:
nobleza, cultura e inteligencia, y conservar en el más profundo
silencio, las gracias que recibía de Dios, disimulando
continuamente todo acto de virtud.
Murió a los 23 años de una peritonitis. Era el 7 de Marzo
de 1770 cuando expiró "inclinada la cabeza y abrazada
modestamente a su querido Crucifijo". Fue canonizada el 19 de
marzo de 1934 por Pío XI.