SANTA TEODORA GUERIN
14 de mayo
1856 d.C.
Nació en Etables (Francia). Su padre prestaba servicios en la
Armada de Napoleón. Su progenitor fue asesinado y la familia
cayó en la penuria, esto llevó a Ana Teresa a una fe
profunda en Dios de la que nunca dudó. En lo más hondo de
su alma, sabía que Dios estaba con ella, que siempre
estaría con ella, como una compañía constante.
Con 25 años de edad ingresó en las Hermanas
de la Providencia de Ruillé-sur-Loire, una joven comunidad de
religiosas que servían a Dios brindando oportunidades para la
educación de los niños y cuidado de los pobres, enfermos
y moribundos.
Fue enviada a Estados Unidos. El propósito
consistía en establecer un convento, fundar escuelas y compartir
el amor de Dios con los pioneros de la diócesis de Vincennes, en
el Estado de Indiana. Su salud era débil y tenía
dañado el sistema digestivo de tal manera que durante el resto
de su vida sólo pudo consumir alimentos y líquidos suaves
y blandos. Estuvo a punto de rechazar la misión, pero la
oración y la obediencia le resolvieron todas las dudas.
En 1840 llegaron a la sede de su misión en
Saint-Mary-of-the Woods, que era una cabaña infecta. Durante sus
primeros años, la madre Teodora debió soportar numerosos
problemas: el prejuicio contra los católicos, traiciones,
malentendidos; la ruptura de las Congregaciones de Indiana y de
Ruillé; un devastador incendio que destruyó una cosecha
completa, dejando a las hermanas desprovistas y hambrientas; frecuentes
enfermedades mortales, pero ella decía “Si alguna vez esta pobre
y pequeña comunidad logra asentarse definitivamente, lo
hará sobre la Cruz: eso me infunde confianza y me brinda
esperanza, aún frente al desamparo”. En menos de un año
su comunidad floreció y ella fundó la Academia de la
Congregación. Siempre se destacó por su humildad y
entrega sin límites a la Providencia y los hermanos.
Murió en Nemus (Estados Unidos). Fue canonizado por SS
Benedicto XVI el 15 de octubre de 2006.