SANTA PAULA DE SAN
JOSÉ DE CALASANZ MONTAL FORNÉS
26 de febrero
1889 d.C.
Nació en Arenys de Mar, en el seno de una familia trabajadora.
Desde muy niña tuvo una gran devoción a María y
que cultivó durante toda su vida. A los 10 años se
quedó huérfana de padre, y tuvo que poner a trabajar como
encajera. Muy pronto se ofreció a trabajar como catequista en su
parroquia. Fue miembro activo de la Cofradía de Nuestra
Señora del Rosario y de la Congregación de la Virgen de
los Dolores.
Cuando tuvo 30
años, empezó su apostolado en Figueras donde abrió
la primera escuela para niñas; se juntó con unas
compañeras y fundó el Instituto de Hijas de María,
Religiosas de las Escuelas Pías (por su relación con san
José de Calasanz, llegan a llamarse "madres escolapias"). Cuando
Paula tenía 47 años fundó una casa en Sabadell. Se
trataba de dar enseñanza cristiana y calor humano a los hijos de
los obreros de las fábricas textiles. Es la fundadora de la
primera congregación española del siglo XIX, dedicada
exclusivamente a la educación integral humana, cristiana
femenina con un cuarto voto de enseñanza.
Cuando cumplió 53 años, se dedicó a trabajar como
maestra de las novicias de su propia Congregación;
función que desempeñó a lo largo de siete
años, nunca fue superiora general de la Congregación por
ella fundada. Luego vinieron las fundaciones en Igualada, Vendrell y
Masnou. A los 60 años será fundadora y superiora en Olesa
de Montserrat. Así durante 24 años. A los 90 años
murió llena de trabajos, cansada de andar, pero su obra se
había consolidado. Un biógrafo dice: "Era prudente en el
hablar, amante del silencio, trabajadora incansable, sacrificada hasta
no decir nunca "basta"; serena, emprendedora, decidida y tenaz. Amaba a
Dios con locura". Se caracterizó por la vivencia de la humildad,
la oración y la pobreza, siempre con una estrecha unión a
María. Fue canonizada el 25 de noviembre del 2001 por San
Juan Pablo II.