SANTA MARÍA
TERESA COUDERC
1885 d.C.
26 de septiembre
María Victoria nació en Mas de Sableres (Francia). A los
20 años conoció al padre Terme, fundador de las Hermanas
de San Francisco Régis, religiosas dedicadas a la
enseñanza y al socorro material y espiritual de los pobres, con
quienes, en 1826, María Victoria tomó los hábitos
y el nombre de Hna. Teresa. Al año siguiente el fundador le
encargó organizar en La Louvesc un hostal para los peregrinos
que visitaban la tumba de san Francisco Régis, y que
tenía como fin, atraer peregrinos a la tumba de san Juan
Francisco de Regis en aquella ciudad para que dedicaran un tiempo en su
recuerdo. La madre Teresa se convirtió en su superiora (1828);
ésta fue la primera semilla de la futura Congregación de
Nuestra Señora del Cenáculo.
La Institución se transformó en una
organización de casas de retiro para mujeres y se
difundió por toda Europa y América. La madre Teresa, para
mantener en vida la Obra, se acercó al padre provincial de los
jesuitas franceses, Francisco Renault. éste, en 1838,
nombró a una postulante como «superiora fundadora»
de la Congregación; el grave desaire que esto significaba
sólo ocasionó que la madre Teresa inclinara su cabeza sin
oponerse, fiel a la regla de obediencia. La nueva superiora, condesa de
Lavilleurnoy, en sólo once meses condujo a la
Congregación a la ruina; finalmente se retiró. El padre
Renault nombró (1839) otra superiora, la madre Contenet, la que
se dedicó hasta su muerte (1852) a marginar completamente a la
madre Teresa, quien no sólo fue aislada de la comunidad que
había fundado sino que fue encomendada a hacer el trabajo manual
más duro durante años y falsamente se la acusó de
incapacidad. Durante todo este tiempo nunca se quejó e hizo lo
que se le pidió con paciencia. «Cuando Nuestro
Señor desea servirse de un alma para su gloria, la hace pasar
primero por la prueba de la contradicción, por la
humillación y el sufrimiento; no se puede ser un instrumento
útil sin esto», reveló.
Con la nueva superiora, madre de Larochenégly, fue
enviada a París en 1855, para 1856 su vida se convertiría
en un alternar responsabilidades como superiora de varias casas hasta
1867, cuando se estableció en Fourviere. Al final de su vida fue
recompensada al ser restaurada a su comunidad y reconocer
públicamente que ella era la fundadora. Fue beatificada por
Pío XII (1951) y canonizada por Pablo VI (1970).