SANTA MARÍA DE
MATTÍAS
1866 d.C.
20 de agosto
Nació en Vallecorsa (Frosinone-Italia), en el seno de una
familia acomodada. En la adolescencia descubrió en ella una
llamada especial para seguir de cerca a Cristo Crucificado,
donándose a él en amor adorante. Cuanto tenía 17
años, san Gaspar del Búfalo predicó en su pueblo
natal una misión popular y María vio como se transformaba
su pueblo, con la conversión de muchas personas. En su interior
surgió el deseo de contribuir, como este santo, con la
conversión de muchas personas.
Bajo la guía de un compañero de san Gaspar,
el venerable don Giovanni Merlini, en 1834 fundó la
Congregación de las Religiosas Adoratrices de la Sangre de
Cristo en Acuto. Además de promover la educación de las
niñas, reunió a las madres y a las jóvenes para
catequizarlas, impulsándolas a vivir cristianamente, enamoradas
de Jesús. Muchos hombres, a los que no podía hablar
(según costumbre de la época), acudieron
espontáneamente a escucharla. A pesar de su carácter
tímido e introvertido, el celo por la causa de Cristo la
convirtió en una gran predicadora. Este celo arrastró a
muchas jóvenes. Así pudo fundar cerca de 70 casas
religiosas en Italia, Alemania e Inglaterra. Casi todas sus casas se
abrieron en pequeñas aldeas abandonadas, a excepción de
Roma, a donde fue llamada por el papa beato Pío IX para dirigir
el Hospicio de San Luis y una escuela en Civitavecchia. Vivió
toda su vida con el único deseo de agradar a Cristo, que le
había robado el corazón desde su juventud. Siempre
actuó en profunda comunión con la Iglesia y por amor a
ella. Murió en Roma. Fue canonizada por SS Juan Pablo II el 18
de mayo de 2003.