SANTA MARIANA COPE DE MOLOKAI
9 de agosto
1918 d.C.



   Nació en Heppenheim, Hesen-Darmstadt (Alemania), en el seno de una familia de agricultores y se llamó Bárbara. Siendo todavía muy niña, sus padres emigraron a Estados Unidos, estableciéndose en Útica, en el estado de Nueva York. Su padre obtuvo para sí y sus hijos la ciudadanía norteamericana y cambió su apellido Kobb por Cope. Bárbara en su juventud trabajó en una fábrica de lana y luego ingresó en el convento de las religiosas de las Hermanas de San Francisco de Filadelfia, de Nueva York, donde cambió su nombre por María Ana. El apostolado de la Congregación consistía en la educación de los hijos de los emigrantes alemanes. Aprendió el alemán, la lengua de sus padres, y fue destinada a abrir y dirigir nuevas escuelas.

   Dotada de cualidades naturales de gobierno, pronto formó parte del equipo directivo de su comunidad, en en 1860 estableció dos de los primeros cincuenta hospitales generales de Estados Unidos, que alcanzaron gran renombre: Santa Isabel de Útica (1866) y San José de Syracuse (1869). Los dos siguen siendo dos florecientes centros médicos. En medio de las dificultades más serías, la madre Mariana logró realizar un servicio apostólico sobresaliente con los más pobres. Fue elegida provincial de su Congregación en 1877 y en 1881.

   Pero en 1883, fue la primera en responder la llamada del obispo de Honolulú para abrir una misión de atención a los leprosos. Más de cincuenta comunidades religiosas habían rechazado esta misión. Se puso al servicio de los leprosos abandonados donde fue modelo de caridad hacia los enfermos leprosos y ejemplo de entrega. Entre sus virtudes destacaron la prudencia, la justicia y gozó del don de la fortaleza. Trabajó en el hospital de leprosos de Kakaako, Honolulú, se encontró con problemas muy serios. En 1884 el Gobierno le pidió que estableciera el primer hospital general en la isla de Maui. En 1885, abrió un albergue para los hijos de los leprosos en los terrenos del hospital de Oahu. El rey de Hawai la condecoró por su entrega al pueblo.

   En 1888, marchó a la colonia de Kalaupapa, en Molokai. El Padre San Damián de Veuster había contraído la lepra y su muerte era inminente. En 1889, después de la muerte del padre Damián, aceptó la dirección del hogar para los varones, además del trabajo con las mujeres y las niñas. La madre Mariana vivió 30 años en una lejana península de la isla de Molokai, exiliada voluntariamente con sus pacientes. Debido a su insistencia, el Gobierno dictó leyes para proteger a los niños y que pudieran recibir una educación. Estaba siempre sonriente y le valió los títulos de "Madre de los leprosos" y de "María Ana de Molokai". Su lema fue "Sólo por Dios". Murió llena de méritos. Fue canonizada por SS Benedicto XVI el 14 de mayo de 2005.

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(Parroquia San Martín de Porres)