SANTA MARGARITA DE SAN
SEVERINO "LA DESCALZA"
5 de agosto
1395 d.C.
Nació en Cesolo, en San Severino Marche, en el seno de una
familia de campesinos; guardaba el rebaño hasta que a los 15
años mientras cuidaba un rebaño de ovejas, se le
apareció Jesús bajo la apariencia de un pobre peregrino.
El peregrino le pidió comida, y Margarita le ofreció el
único pan que llevaba. De regreso a su hogar, hambrienta, le
preguntó a su madre si tenía algo para comer, pero ella
le respondió que no había nada. Margarita le rogó
que se fijara si había algo en la bolsa, y con sumo estupor, su
madre comprobó que estaba tan llena de pan como para abastecer
las necesidades de la familia y de todos los pobres de la vecindad.
Fue
dada como esposa a un hombre que la maltrataba, y lo soportó con
paciencia ejemplar durante muchos años. Tuvo una hija a la que
educó con amor. Al quedarse viuda se dedicó a las obras
de piedad, a la penitencia y al servicio de los pobres. Fue muy devota
de la Eucaristía y se pasaba las noches delante del
Santísimo. Para imitar la Pasión de Cristo, se
infligía terribles penitencias: caminaba descalza por las calles
de la ciudad (de allí que se la llame Margarita "la descalza"),
llevaba cilicio y dormía sobre un lecho de ramas apoyando su
cabeza sobre una piedra. Soportó una larga y dolorosa enfermedad
con gran fe y resignación. Murió en San Severino Marche,
Ancona. Su cuerpo reposa en la iglesia parroquial de Cesolo. Su culto
es popular.