La Santa de
este
nombre más renombrada es la conocida como Eleonora de Provenza o
de Inglaterra, segunda hija de Ramón Berenguer IV de Barcelona,
conde de Provenza y de Beatriz de Saboya, en cuya corte florecieron los
más famosos trovadores de la época, lo que dio lugar a
que Leonor, ya desde su infancia, sintiera gran afición por la
literatura. Casó con Enrique III de Inglaterra, a los catorce
años.
Se le atribuyen
poesías de estilo heroico en lengua provenzal. Mal aconsejada,
poco dotada para la vida política y harto compasiva, no pudo
impedir una rebelión de tipo popular contra la corona, ostentada
por su esposo Enrique III. Una vez exiliada en Francia, y prisionero el
rey, hizo gala de un insospechado coraje y volvió a Inglaterra
al frente de un ejército, para restablecer la situación y
devolver la corona perdida a Enrique III.
Ya viuda,el soplo
de Dios atravesó su alma. A la muerte del rey, se fue a una
abadía benedictina de Ambresbury y se hizo religiosa en el 1276,
y vivió en paz el resto de sus días. Se pasaba largas
horas en oración,y siempre frente al Sagrario, donde,
decía ella, estaba prisionero su gran amor. Siempre
pidió, le trataran como la menos importante de todas las
religiosas y que jamás tuvieran en cuenta su antigua
condición de reina de Inglaterra. Que nunca más le
recordaran su pasado. Su santidad creció a pasos agigantados.
Falleció con el aspecto de una simple benedictina.
Otra Santa Leonor
que se celebra este día es una monja benedictina que se
santificó silenciosamente en el monasterio de Peñafort en
Cataluña en el siglo XI. Después pasó al
monasterio de Córdoba donde fue elegida abadesa.