SANTA JOSEFINA BAKHITA
8 de febrero
1947 d.C.
Nació en la región de Darfur (Sudán), en el seno
de una familia animista perteneciente a una tribu nubia. Raptada por
negreros, cuando todavía era una niña y vendida varias
veces en los mercados africanos, conoció las atrocidades de la
esclavitud que dejó en su cuerpo señales profundas de la
crueldad humana; fue tatuada de forma atroz por la madre e hija de su
último amo un general de la armada turca. Fue comprada y vendida
cinco veces. Había intentando huir pero fue capturada.
Su apellido "Bakhita",
se lo dieron los negreros que significa "afortunada". En 1882,
llegó a Venecia, porque la compró el cónsul
italiano en Jartum, Calixto Legnani, que la “regaló” a una
familia amiga (los Micheli) de Mirano Veneto, y allí
trabajó como niñera, pudo conocer el cristianismo y
recibió el bautismo en 1890 y recibió el nombre de
Josefina Margarita, tres años más tarde entró en
las Religiosas del Instituto de las Hijas de la Caridad, llamadas
Canosianas en Verona. Recibió la libertad en 1889. Vivió
en su convento del norte de Italia en Schio (Vicenza) realizando
trabajos humildes. Hizo su profesión religiosa en 1896. En la
localidad muy pronto gozó ya fama de santidad. Durante un tiempo
regresó a su tierra. Decía: "Sabéis qué
alegría da conocer a Dios".
Su vida sencilla y humilde estuvo marcada por pequeñas cosas que
le ayudaron a construir el camino de la santidad. Fue pobre de
espíritu, bondadosa. No hubo en ella orgullo ni soberbia sino
que siempre vivió con una total disponibilidad a la voluntad de
Dios. Durante dos años (1933-1935) prestó ayuda a las
misioneras de su propio instituto recorriendo todas las casas de la
Congregación de Italia contando su historia y animando a la
vocación misionera. Durante este período vivió en
el convento de Vimercarte (Milán), trabajando en la
portería y en este oficio ofreció consuelo a todos.
Murió en Schio (Vicenza) después de una dolorosa
enfermedad que la dejó casi paralizada. Fue canonizada por
SS Juan Pablo II el 1 de octubre del 2000.