SANTA INÉS DE
POITIERS
13 de mayo
588 d.C.
Discípula e hija adoptiva de santa Radegunda de
Poitiers. Radegunda,
que era estéril, trataba a Inés casi como una hija, "no
nacida del útero, sino en la gracia", como dice Venancio
Fortunato en uno de sus poemas. Cuando la reina se retiró de la
corte de Clotario y fundó el famoso monasterio doble (para
hombres y mujeres) de la Santa Cruz, llevó consigo a su hija
espiritual, y no queriendo ser ella misma abadesa, nombró a
Inés, bajo cuya obediencia se puso. La santa recibió la
consagración abacial de manos de san Germán de
París. Adoptó la regla de san Cesáreo de
Arles.
El obispo-poeta, Venancio Fortunato, nos describe la
caridad, la virtud, las austeridades y la oración de santa
Inés, así como sus dotes culinarias, ya que ella le
enviaba comidas preparadas que el obispo agradecía con flores y
versos. Inés atrajo a la vida religiosa a más de 200
monjas. Es conocida sobre todo como amiga de san Venancio Fortunato.
Fue enterrada en dicho monasterio y de sus reliquias sólo se ha
conservado una urna con cenizas.