SANTA GERTRUDIS "LA
MAGNA"
16 de noviembre
1302 d.C.
Debió nacer en Eisleben, Sajonia, posiblemente en el seno de una
noble familia. A la edad de cinco años entró como alumna
en el colegio de Santa María de Helfta, que se regía por
la regla benedictina, con la adopción de algunos usos
cistercienses, donde fue educada en todas las artes del tiempo (letras
clásicas, canto, bordado y miniatura) bajo la dirección
de la abadesa Gertrudis de Hackeborn (hermana de santa Matilde de
Hackeborn). Santa Matilde fue su maestra de novicias. Profesó
como benedictina, y nunca ocupó cargos monásticos, aunque
algunos autores dicen que fue abadesa del convento de Rodalsdorf.
Durante sus primeros años vivió ofuscada más en la
lectura que en la oración.
A los 25 años
tuvo sus primeras visiones."En mis 25 años, en la segunda Feria
de la Purificación de Maria, en aquella hora deseada de
“completas”, en el atardecer, Vos, la Verdad, mi Dios, más
sereno que toda la luz, más interior que todos los secretos,
comenzó dulcemente a calmar aquellas turbulencias que
habíais suscitado en mi corazón".
Desde el mismo momento
de su conversión, Gertrudis, hizo un continuo progreso hacia el
goce de Dios, dejando sus curiosidades profanas para vivir de la
Escritura, de los Padres (como Bernardo, Agustín y Gregorio
Magno). "Desde entonces -decía- en adelante mi alma se
sintió alegre y serena, y empecé a seguir el perfume de
tus bálsamos, y comprendí pronto que el yugo de tu amor,
que antes me parecía insoportable, es suave y ligero". El
Señor le dijo una vez: "Paloma mía, amada mía. Yo
te guardaré entre los brazos de mi ternura y te
estrecharé contra mi corazón, de suerte que el tuyo se
derrita como cera en el fuego de mi amor". Recibió los estigmas
de la pasión de Cristo.
De sus escritos quedan
“Legatus divine pietatis” y
“Ejercicios Espirituales”. Santa Teresa de Jesús y san
Francisco de Sales la admiraron mucho. Es la primera difusora del culto
del Sagrado Corazón. Se dice que Cristo le comentó: "In
corde Gertrudis invienietis me" (En el corazón de Gertrudis me
encontraréis). En una acción de gracias, recordando sus
años vividos en vida monástica, Gertrudis nos dice
evocando a Cristo: "No te contentaste con esto, sino que me hiciste el
don inestimable de tu amistad y familiaridad, abriéndome el arca
nobilísima de la divinidad, a saber: tu corazón divino,
en el que hallo todas mis delicias". Su libro “Legatus”, tuvo
que ser escrito por una monja amanuense, porque la enfermedad le
impidió escribir. Nunca ha sido canonizada formalmente aunque se
le ha reconocido el culto.
Aunque no fue canonizada formalmente, Inocencio XI introdujo su nombre
en el Martirologio
Romano en 1677.
Clemente XII ordenó que se celebrase su fiesta en toda la
Iglesia de Occidente, lo que equivale en los hechos a una
canonización. Tanto los benedictinos como los cistercienses
aseguran que el monasterio de Helfta pertenecía a sus
respectivas órdenes y veneran especialmente a santa Gertrudis.
Patrona de las Indias Occidentales.