SANTA FIRMINA
24 de noviembre
303 d.C.



   Joven mártir en Amelia (Umbría) durante la persecución de Diocleciano. La leyenda dice que su padre era prefecto de Roma, y su madre cristiana. Cuando se inició la persecución de Diocleciano, Fermina, vendió todo para ayudar a sus hermanos en religión y se retiró a Amelia, donde vivió una vida solitaria como eremita que atrajo a muchos. Esto obligó a las autoridades a tomar cartas en el asunto, pero uno de los oficiales, se enamoró de ella, y su virtud lo convirtió. En un segundo interrogatorio, con otro magistrado, fue condenada y decapitada.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)