SANTA FILIPINA
DÚCHESNE
18 de noviembre
1852 d.C.
Nació en Grenoble en el seno de una familia revolucionaria e
iluminista. Estudió en las religiosas de la Visitación en
Sante-Marie-d’En-Haut, y desde muy joven y después toda su vida
tuvo como referencia la espiritualidad ignaciana. Venciendo la
oposición paterna tomó el velo de la Visitación en
1785, pero la revolución obligó a las religiosas a
exclaustrarse; así ella en 1791, tuvo que dispersarse y se
dedicó a a socorrer a los encarcelados y se convirtió en
animadora y fundadora de las Damas de la Misericordia. Tenía un
carácter familiar muy fuerte, y este fue templado cuando
conoció a santa Magdalena Sofía Barat, y junto a ella dio
vida a la nueva congregación de la Sociedad del Sagrado
Corazón, de la que llegó a ser secretaria general.
Desde muy
pequeña quiso ir a América como misionera, y ya cuando no
era joven, en 1817, partió para la Luisiana. En Saint Louis se
dedicó especialmente a los más débiles: negros,
indios, blancos pobres y numerosos esclavos. Se trataba de evangelizar
a toda una generación de hombres y mujeres, entre quienes Rosa
sólo había encontrado a dos sacerdotes. Predicó a
los indios potawatomi, en Sugar Creek, en el Missouri. Abrió la
primera escuela gratuita del oeste del Mississipi. Sus escuelas
tuvieron mucho éxito, a pesar de la falta de medios, por su
seriedad y valor de sus estudios.
Superó graves enfermedades y dificultades de todo tipo;
atravesó períodos de soledad y de triste sensación
de fracaso. Sin embargo sus numerosas cartas revelan un fino humorismo,
que hicieron que su deseo de servir a los indios no se mitigara. Los
indios la llamaban "la mujer que ora siempre". Murió en
Saint-Charles (San Luis de EE.UU.).